Cómo afecta la ley de alquiler vacacional a los pisos de los bancos

La llegada del verano que ha propiciado en los últimos años un crecimiento muy grande de los alquileres particulares con destino vacacional. Este año sin embargo, la situación ha cambiado considerablemente tras la ley de alquiler vacacional, que, de entrada aun dejando las competencias en manos de las autonomías, deja muy claro que el alquiler entre particulares con destino turístico no está permitido. Pero ¿esto como afecta a las viviendas de la banca?

Debemos tener en cuenta que sobre el papel el tratamiento teórico es el mismo, es decir, para que las viviendas pueden estar en el mercado del alquiler vacacional deben acogerse a regulación y normativas comunes, aunque, es cierto, en el caso de las entidades bancarias cuyo parque de vivienda se ha gestionado por terceros las cuestiones pueden variar ligeramente.

alquileres

Como indicábamos anteriormente la aplicación de la ley vacacional a la oferta de alquiler de viviendas que pertenezcan a la banca no se modifica en gran medida en relación a lo que le puede suponer a un particular. Esto en la práctica significa que una vivienda no regulada como alojamiento turístico con lo que eso comporta, no puede acceder al mercado, y del mismo modo que un anuncio en la prensa de un alquiler vacacional puede derivar en una investigación hacia el usuario particular, puede incurrirse en el mismo modelo de quebranto de la ley en el caso de una institución colectiva, sea financiera o no.

Generalmente estos alquileres, una vez gestionados los correspondientes permisos o cumpliendo con la regulación vigente, serán ofrecidos a través de agencias o plataformas especializadas, un camino que es el que se fomenta a través de la nueva legislación, y que sin duda pretende eliminar de facto los anuncios particulares y la captación de dinero negro en este tipo de transacciones, otra cosa es que, tan arraigado como está, se consiga realmente un modelo de alquiler entre particulares que en los últimos 10 años ha crecido de manera exponencial ante la crisis económica y las dificultades para abonar costos de alojamiento vacacional alternativos.

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