La Caixa y Banca Cívica

Caixabank y Banca Cívica iniciaron la mayor fusión entre cajas de ahorros de la historia de España. Se dice que la integración convierte de inmediato a la nueva Caixabank, de la que las cajas pertenecientes a Cívica pasarán a ostentar un 3,4% del capital, en la primera entidad española por activos en territorio nacional, con un total de 345.000 millones de euros, superando así a la suma de BBVA y Unnim y al banco Santander.

La unión de Caixabank y Banca Cívica no requerirá de ayudas públicas, lo que, entre otras cosas, permitirá agilizar la generación de sinergias, que se espera que alcancen los 540 millones de euros tras el tercer año de la integración.

Esta fusión permitirá al banco controlado mayoritariamente por La Caixa (aunque su participación bajará del 81,5% actual al 61%) cumplir con varios años de anticipación sus planes de crecimiento orgánico sin comprometer los vencimientos de deuda previstos en los mercados mayoristas, para los que la entidad cuenta con una liquidez suficiente de 24.000 millones, ni su política actual de dividendos.

Es importante destacar las Fortalezas de dicha fusión. La absorción por parte de La Caixa era la posibilidad más plausible para Banca Cívica para cumplir las exigencias de recapitalización derivadas de la reforma financiera puesta en marcha por el Gobierno del PP, que exigía a la entidad captar fondos por valor de 2.000 millones antes del próximo 31 de diciembre (tras la revisión de cuentas por parte de La Caixa el ajuste final será de 3.400 millones, que se cargarán contra reservas).

Pese a ver diluido su proyecto en solitario dentro de Caixabank, los directivos, accionistas y clientes de Cívica consiguen sumarse a una de las entidades más consolidadas y sólidas de España, que ganará terreno en mercados como Navarra, Canarias y parte de Castilla y León, aunque también deberá gestionar algunas duplicidades en Andalucía, donde Cajasol y La Caixa tienen gran implantación. La cuota de mercado de la nueva Caixabank ascenderá al 14% en depósitos y al 13,4% en créditos.

La morosidad de la nueva Caixabank también estará bajo control. Tras la integración se situará en el 5,5%, por debajo del 7,62% de la media del sector y con un elevado nivel de cobertura del 82%. La fusión blinda una de las obsesiones históricas de La Caixa, que comparten sus a partir de ahora socias: la labor social históricamente vinculada a las cajas de ahorros.

La nueva Caixabank extenderá las acciones de su Obra Social (dotada para este año con 500 millones de euros) a los territorios de las cajas accionistas de Banca Cívica.

La unión de fuerzas se formalizará mediante un canje de acciones –5 de Caixabank por cada 8 actuales de Banca Cívica– que valora esta última en 1,97 euros por título, lo que implica un descuento del 11% respecto al cierre en bolsa del pasado viernes y un 27% sobre el precio al que salió a cotizar en julio el banco formado por las cajas de Navarra, Canarias y Burgos junto a la andaluza Cajasol.

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