Sistema financiero español

Antes de que se desatara la crisis, las entidades concedían préstamos de hasta por el 120% del valor del inmueble que incluían también los gastos para amueblar la cocina, el salón o lo que fuera necesario.

En estos momentos, el grifo de liquidez está bastante cerrado: en 2011 las hipotecas concedidas cayeron un 32,6%, el descenso más pronunciado desde que comenzó la crisis, una tendencia que continúa en 2012 (el último dato referente a agosto muestra un descenso del 28,5%).

Además, los requisitos para conceder una hipoteca son mucho más exigentes y las entidades han aprendido la importancia de evaluar el perfil de riesgo del prestatario.

En estos momentos, los expertos recomiendan tener ahorrado entre un 25 y un 30% del valor total de la vivienda porque las entidades sólo financian entre el 70% y el 75%.

Esta escasez de crédito también la sufren las empresas y es el reflejo de la difícil tesitura que atraviesa el sistema financiero español, más centrado en sanear sus balances tras haberse sobreexpuesto al negocio inmobiliario que en prestar dinero.

Este año la UE ha puesto a disposición de las entidades españolas hasta 100.000 millones para ayudarles a reestructurar el sector.

Por otra parte, hay muchas novedades acerca de los impuestos, la realidad es que subir y bajar impuestos no depende del gobierno político.

El ex presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, decía que bajar impuestos es de izquierdas, cuando en la teoría económica esta política se le atribuía a gobiernos más liberales. Así en 2007 en la antesala de la crisis, el Ejecutivo bajó el IRPF y el Impuesto de Sociedades y un año después introdujo la deducción de 400 euros en el IRPF y suprimió Patrimonio.

En el año 2010 daba un giro a su política fiscal y elevaba el IVA y las rentas del ahorro y suprimía la deducción de 400 euros (en la práctica suponía una subida). Mariano Rajoy insistió que no iba a subir los impuestos. Sin embargo, ésta fue su primera gran decisión como presidente del Gobierno. El 30 de diciembre anunciaba que se elevaba el IRPF, un giro que justificó por el desvío inesperado en el déficit de 2011 (finalmente pasó del 6% del PIB previsto al 8,58%).

Además, aportó una importante subida del IVA del 8% al 10% en el tipo reducido y del 18% al 21% en el general (en la práctica algunos productos y servicios subieron 13 puntos al pasar de aplicárseles el reducido al general).

Más alla de las variaciones en los impuestos, el mercado de trabajo en España tenía problemas estructurales antes de que se desatara la crisis, pues la tasa de paro ya era de alrededor del 8% (cerró 2007 en el 8,6%).

Una vez que la economía empezó a decaer el desempleo inició una escalada dramática. En los últimos cinco años la tasa de paro se ha triplicado hasta superar el 25% por primera vez en la historia. Más allá de porcentajes, la última Encuesta de Población Activa demuestra que los envites de los últimos años han arrojado a 3,6 millones de personas a las listas del paro y, en total, en estos momentos se encuentran en esta situación 5,8 millones de españoles.

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